LENGUAJE, ESCRITURA Y LECTURA (PARTE III)

Hace unos meses, en mi cuenta de Instagram empecé a publicar algunos microposts sobre Lenguaje inspirados en Montessori. El peque dominaba bastante el lenguaje oral y empezar a jugar con los sonidos del lenguaje era una preciosísima manera de empezar a enfocar el aprendizaje de la lectoescritura. 

Empezar este proceso aprendiendo los sonidos de las letras con actividades inspiradas en el método Montessori es un proceso que respeta el ritmo de cada peque, ya que se hace de la forma más natural. Además, no requiere prácticamente de materiales y los pocos que podemos necesitar los podremos hacer nosotros mismos en casa.

Durante el confinamiento empezamos a trabajar la conciencia fonológica, uno de los primeros pasos para el proceso de lectoescritura que consiste en ser consciente de los sonidos que forman las palabras. Así pues, las primeras actividades que hicimos fue jugar a encontrar objetos por casa (y de tamaño pequeño) que empezaran por cada uno de los sonidos de nuestro idioma. Y los reunimos en una caja de sonidos. Se trata de una caja donde se representa el sonido fonético (y no la grafía en sí) de las letras, así que tendremos que analizar bien cómo pronunciamos cada letra para crear nuestra propia clasificación. Aquí es importante recalcar que no se trata de que aprendan las grafías de las letras sino los sonidos que forman parte del idioma que hablan. Es importante tener claros los sonidos de nuestro dialecto y trabajar desde este punto. En esta fase de conciencia fonológica, es muy importante no usar el nombre de las letras para referirnos a ellas sino que diremos su sonido. Por ejemplo, no diremos “la letra pe” si no que nos referiremos a ella como “la ppppp”, alargando su sonido.

El juego de palabras pone en evidencia la diversidad de sonidos de nuestra lengua e instruye al niño para detectarlos en las palabras. Pero como no existe material para esta actividad, tenemos tendencia a olvidarlo o a pasarlo demasiado rápido, pretendiendo que nuestros pequeños escriban y lean demasiado rápido para integrarlos ya en la carrera de la vida para llegar los primeros. 

Así pues, el proceso de conciencia fonológica es un proceso que llevará su tiempo y no suele ser algo rápido, es por ello que debemos llevar una evolución muy progresiva que vaya sumando dificultades muy poco a poco. 

Estas actividades de conciencia fonológica son calificadas como la Serie Blanca Montessori. En Instagram os explicamos un poco los Niveles que componen esta primera etapa de conciencia fonológica:

Nivel 1: asociar el sonido inicial con un objeto. Podemos trabajar los sonidos que más llamen la atención del niño, ni mucho menos se deben trabajar por orden alfabético o primero las vocales y después las consonantes.

Nivel 2: distinguir dos sonidos iniciales diferentes (clasificar uno o dos objetos de dos sonidos diferentes).

Nivel 3: identificar varios objetos con el mismo sonido inicial. El trabajo es el mismo que en el Nivel 1 pero añadiendo más objetos con el mismo sonido inicial, para que el peque descubra que puede haber más de un objeto con el mismo sonido inicial.

Estos tres niveles iniciales los podemos trabajar a través de juegos tipo “Veo, Veo” y nunca mostraremos la grafía al niño (en las fotos aparecen para que podáis ver qué sonido trabajamos…). Es después de haber trabajado todos los sonidos de nuestro idioma (o prácticamente todos) cuando presentaremos al niño las letras de lija. Nosotros empezamos con las minúsculas (a finales de verano), siguiendo los principios de la filosofía Montessori pero nos dimos cuenta de que en el cole trabajaban las mayúsculas y el peque decía que no eran las mismas letras que en casa. Así que pasamos a presentar las mayúsculas, pero lo hicimos con el alfabeto móvil, tocando sus bordes y repasando su sonido.  

Repasar las letras de lija mientras decimos su sonido hace que el niño pueda sentir la forma de las letras por el máximo número de sentidos posible: la vista, el tacto y el oído. Esto hará que le sea más fácil recordarlas y reconocerlas gracias a la memoria muscular que ejercita al repasarlas. También podemos usar la tabla de letras para rellenarlas, repasarlas con el dedo…

LENGUAJE PARTE III

Todas estas actividades anteriores las hemos estado trabajando durante casi un año y desde estas navidades empezamos a trabajar los niveles que siguen, algunos de conciencia fonológica más compleja, y lo que se conoce como Serie Rosa Montessori, que se trata de trabajar palabras de tres letras.

Empezamos por el Nivel 4, donde el niño aprende a identificar además del sonido inicial el sonido final. Para ello seleccionaremos una serie de objetos que empiecen por el mismo sonido pero que terminan por un sonido diferente. También se puede trabajar mediante el juego del “Veo, Veo”, así pues haremos las peticiones refiriéndonos a cada uno de los objetos de la siguiente forma: «Veo Veo una cosita que empieza por … y termina por … y el peque escogerá el objeto correspondiente. 

Poco a poco empezamos el Nivel 5, donde el niño será capaz de ir identificando progresivamente todos los sonidos que forman una palabra. Para ello, en casa hemos trabajado con objetos con nombres muy cortos al principio, a ser posible que presenten la estructura consonante + vocal + consonante, que son los que pertenecen a la Serie Rosa. 

Nos preparamos una lista hace tiempo sobre palabras de tres letras para cuando llegase el momento y preparamos un seguido de actividades. Primero se deben trabajar los sonidos de manera oral, alargando los sonidos que forman la palabra. 

Es decir, si trabajamos la palabra SOL diremos: Sol, ssssssssssooooooooolllllllll. El pequeño lo repetirá. 

Y para la introducción a la forma escrita, en la pedagogía Montessori, no se hace mediante un manual, sino ofreciendo al niño ocasiones múltiples y concretas para explorar la lengua escrita, equipándolo para una conquista de la lectura. 

Una vez que el niño conozca tres cuartas partes de las letras de lija (o adaptaciones, como hemos hecho nosotros) será un buen momento para empezar a trabajar con el alfabeto móvil, así el niño podrá expresar sus pensamientos de forma escrita y adquirirá una nueva forma de comunicarse.

En este momento, iniciamos el Nivel 5, donde los pequeños empiezan a “escribir” (obviamente de manera manipulativa y sin usar lápices, rotuladores ni papel) las palabras de la Serie Rosa (si queréis, os podemos pasar la lista de palabras de tres letras que tenemos en catalán. Me podéis dejar un mensaje e intentaremos mandarla). 

Con el peque estamos en este punto, aun así, y a medida que crece el dominio de las grafías, vamos introduciendo nuevas propuestas. Os dejamos algunos ejemplos de las últimas actividades que hemos realizado: 

Clasificar sonidos con tablas: utilizando tablas sencillas podemos hacer clasificación de sonidos iniciales mediante la exploración de las grafías. También lo hemos hecho en la mesa de luz, reforzando los sonidos/grafías que más se le resisten al peque… ya sabéis, Sócrates decía que el conocimiento empieza en el asombro… y la mesa de luz es un recurso mágico para encender la curiosidad y permitir aprender jugando. 

Clasificar sonido inicial/en medio/final: podemos usar la misma tabla que en el ejercicio anterior para clasificar objetos que tengan un sonido concreto, tanto al inicio, en medio o al final. Podemos trabajarlo de múltiples formas. Nosotros hicimos estos juegos con pinzas reforzando a la vez el trabajo de la mano.

Una variante del juego anterior es el juego de Lo tiene/No lo tiene, donde el niño tiene que clasificar los objetos en una tabla según contengan o no contengan un determinado sonido, sin importar que lo tengan al principio, en medio o al final.

Rotular objetos: cuando el niño empiece a leer sus primeras palabras podemos combinar estos juegos con rotular los objetos con las etiquetas donde viene escrito su nombre. Nosotros hemos trabajado un poquito este paso, sobretodo con las tarjetas de tres partes que hemos hecho de temas que le llaman a Marco la atención y haciendo una prelectura, es decir, simplemente, emparejamos los rótulos por semejanza, sin incidir mucho en que el peque lea. 

Finalmente, quiero dedicar un párrafo a hablar de cómo podemos preparar la mano para que empiece a trabajar la postura y el movimiento que se realiza al escribir con un objeto de escritura propiamente. Obviamente, y ya incidí en uno de mis posts, los niños y niñas no deberían escribir con este tipo de objetos hasta los seis años dado el desarrollo muscular. Pero antes podemos trabajar la preescritura para cuando usen estos objetos el agarre sea perfecto. 

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Uno de los primeros materiales que se usan en Montessori son los resaques, unas plantillas con las que el niño/a se inicia en la preescritura. Tienen como objetivo trabajar la pinza, fortalecer la musculatura y son una preparación para la escritura. Se trabaja la fluidez y la presión suave del lápiz sobre el papel, que no se apriete demasiado y que la mano vaya suave y fluida. Es un material maravilloso y para mí, muy sofisticado, puesto que su presentación va desde ordenar las plantillas según su dificultad hasta trabajar primero con el marco exterior, después con la figura geométrica y finalmente realizar trazos rellenando las figuras (diferentes trazos). Así trabajar la coordinación, aprender a sujetar con la mano que no se escribe (cuando usen la hoja ya no se lo tendremos que recordar porque habrán cogido el hábito)…

Otro material precioso es la bandeja de preescritura. Se trata simplemente de una bandeja con arena. Podemos complementarla con una pizarra tanto de tiza como de rotulador para que sirvan como guía o como material evolutivo. Con la bandeja de arena se trabaja la grafomotricidad, la habilidad manual que implica movilidad, destreza y fuerza en la mano, dedos y muñeca por un lado. Y por otro, implica coordinación viso-motora (ojo-mano) necesaria para poder emprender el proceso de escritura. 

En la educación reglada el sistema se ha esforzado por enseñar a leer y escribir a los niños con lápiz y papel. Pero como hemos visto a lo largo de este post es un error. Las pedagogías respetuosas con la infancia nos han demostrado que para llegar al nivel adecuado (antes no es mejor), antes de coger un lápiz para escribir l@s niñ@s deben pasar por otras etapas previas.

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Todos estos materiales permiten tocar, sentir, manipular, probar y explorar con el lenguaje y cada una de estas fases resulta fundamental para alcanzar con éxito un gran hito de su aprendizaje: la conquista de la lectoescritura.

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